viernes, 30 de julio de 2010

Oración a las diosas que me habitan


Deseo fuertemente que:
Artemisa sea el espejo profundo que, como el lago encallado en la montaña, esconde en su profundidad el rostro que se mira, y cada día pueda despojarme con valor de una nueva máscara hasta que logre develar mi verdadero ser.
Perséfone dé sentido a una soledad antigua, en comunión con ella deseo recuperar la pasión que da sentido y dirección para el reencuentro conmigo misma, con la niña que vive en mí, la parte más frágil de mi ser.
Hera me impulse a comprender que mi pareja en la vida, con sus miles de variantes, se acopla día a día y de forma maravillosa a mi destino, juntos somos la unidad indisoluble.
Deméter me preste sus brazos tiernos para proteger al desvalido, que ponga en mi boca la palabra de aliento que, como semilla, germine en bendiciones para mis hijos y les de alas para volar.
Atenea me dé consejo para entender que entre razones y sentimientos no hay guerra, pues el corazón piensa y la razón siente, ambas son el aliento indisoluble de mí ser.
Convoco a:
Hestia para continuar en mi búsqueda del instante eterno que consigue, como lo hacen las estrellas fugaces, iluminar el cielo. Desde el universo de mi hogar arderá el fuego más vivo que ayudará a mí y a los míos, a ser más humildes y más sensatos. Que el silencio sea el remanso que me ayude a recuperarme de este viaje un poco heroico un poco trivial que llevo a cabo cada día.
Afrodita para que me regale amor, siempre compuesto de dolor y de gozo, como la noche que es oscura y en ella brillan las estrellas. Para que maquille mi cara con las alas de la mariposa y perfume mi cuerpo con la brisa y el rocío. Que tiña mi boca con jugo de granada y me regale la brisa de la música temprana.
Creo firmemente que:
Crear y amar son una sola cosa, ambas le dan placer y sentido a mi vida.
Que la vida es la amada inmortal por quien despierto con fe cada mañana.

No hay comentarios: